Durante la pandemia deseábamos salir siendo mejores de tal desgracia. Aquella global demostración de que lo colectivo siempre redunda en cosas buenas, y que la única forma de hacer frente un horror semejante es la solidaridad, que finalmente, no sirvió para nada.

Lo único que salió fortalecido fue el egoísmo, el individualismo y el odio.

Argentina, en particular, sufrió además el pésimo gobierno Peronista de Alberto y Cristina Fernández. Nos llevaron a la destrucción total del entretejido social, aumentando de forma increíble la desigualdad e hiriendo fatalmente la ya deteriorada economía del país. Esto nos llevó al peor escenario posible: la siempre abyecta ultra derecha encabezada por un violento personaje, con discurso simple y sin profundidad. Arrogante, misógino y con evidentes razgos déspotas, llegó a la presidencia.

Prometió un ajuste feroz, pero que lo iba a hacer «la Casta política y empresarial». Un criminal ajuste llegó (Junto a una brutal devaluación), pero la denominada Casta no la pagó, y como siempre, lo hizo el pueblo.

Es así que llevamos más de un año de deterioro de todos los indicadores sociales (que es lo que realmente importa).

A pesar de, en pocos meses, convertirse en el Peor Gobierno de los años de democracia argentina; de tener funcionarios «recontra» salpicados por la corrupción, de sospechas de compra de legisladores Nacionales para aprobar leyes oscuras y demenciales la llamada «Ley Bases» (no tengo pruebas de esto último, pero tampoco dudas), a pesar de sus internas o de su creciente violencia verbal, todavía cuenta con el apoyo de la mayoría de sus votantes (aunque sigue en baja).

¿A qué se debe?

A varios motivos: cómo el Hartazgo de la gente con el Peronismo y su populismo engreído.

También por una oposición sin capacidad de diálogo o con «convicciones un poco débiles«. Otra razón, no menos importante, es un cerco mediático jamás visto, insoportable y denigrante de la profesión.

Todo se convirtió en un combo que ayuda a que magníficas mentiras sean tomadas como verdades por una sociedad que, en algunos casos, se olvidó que entre sus funcionarios de mayor perfil están quienes él denominaba «timberos» o «asesina tirabombas».

Hoy tenemos un «presidente» que ya no oculta sus ideas filo-fascistas, su misoginia infinita y el desprecio por quienes no piensan como él, tanto, que esta semana subió la apuesta y al querer defender lo indefendible (los gestos Nazis de su «amiguito» Elon Musk), admitió que van a ir a buscar hasta el fin del mundo a los Zurdos, a lo que cerró insultándolos.

Horas después, en pleno discurso en Davos, tildó a todos los Gays como pedófilos (otro razgo que tuvo siempre, el de Homofóbico) y también volvió a tener tristes declaraciones acerca de las mujeres, naturalizando y casi justificando la violencia contra ellas.

Estamos en presencia de una persona absolutamente incapaz de ser presidente de un país. Un fascista con todas las letras; alguien a quien le importa un rábano la Democracia, un peligro social que va a dejar una herida muy grande en nuestro ya malherido País.

Repudiamos en forma categórica cada uno de los dichos y actos fascistas del gobierno nacional y pedimos a nuestros legisladores Nacionales utilicen la herramienta constitucional del Juicio Político y solucionen el nudo en el estamos enredados. Luego se constituya una asamblea legislativa y llamen a elecciones.

Junta Ejecutiva Partido Socialista Misiones