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DESTRUCCION CREATIVA: ARGENTINA, EL MAL EJEMPLO PERFECTO. Por Luis Federico Solé Masés.
Artículos para un dia lluvioso
Vivimos en el centro mismo de la decadencia, aunque es posible seguir cayendo hasta la amarga disolución Nacional.
El parisino de 69 años Philippe Aghión, Nobel en Economía 2025, es uno de los analistas más incisivos de la decadencia Argentina y, me parece útil ensayar una mirada vista desde la estratósfera – sin alusiones a Rodriguez el poeta gigoló del IFAI – de su pensamiento.
Su trabajo centra sobre el crecimiento sostenido a través de la innovación y la curiosa formulación de DESTRUCCION CREATIVA, un proceso descripto por él donde los productos y tecnologías más nuevas reemplazan a los más antiguos, impulsando el crecimiento económico, y por ende dinamizan la promoción social. Su libro de Junio de 2021 – El PODER DE LA DESTRUCCIÓN CREATIVA, qué impulsa el crecimiento económico – de Editorial Planeta, es un material más que interesante para los curiosos de la política y la economía. Y está disponible en la Biblioteca Popular posadeña si no quieren comprar.
Aghión ve a la Argentina como el mal ejemplo perfecto para corroborar su teoría, pero lo interesante es su intento de explicar la meteórica caída del País, la cual va camino a cumplir 100 años. El Francés señala tres periodos.
El primero arranca en forma inmediatamente posterior a la Guerra de la Triple alianza, donde Argentina logra un Ingreso por habitante, PIB, cercano al de EEUU y Europa Occidental; el cual finaliza con daños por la primera Guerra Mundial, pero definitivamente es la recesión Mundial de 1929 el impacto definitivo.
El Segundo, enmarcado en un caída y deterioro feroz cercano a la mitad del PBI, es un ciclo de estabilización que coincide con la Segunda Guerra Mundial, el cual potencia la matriz económica de Argentina de producción Agropecuaria y termina a finales de los 70, luego de una década de deslizamientos a la baja sostenidos, entre crisis energéticas petroleras y su consecuente estanflación mundial.
Vale aclarar que Aghión no adhiere en responsabilizar a Perón de provocar decadencia alguna. Ni tampoco lo contrario, como aseguran unos y otros.
Finalmente el tercer periodo pudo inicializarse cerca del advenimiento de la democracia en 1983, y esta rodeado de profundas caídas y subsiguientes rebotes.
La situación actual es el pico más tenebroso del Periodo de 150 años donde existen mediciones mundiales, más o menos certeras según evolucionaron.
EN DEFINITIVA, LA DECADENCIA ARGENTINA ESTA LISTA PARA CUMPLIR UN SIGLO, no setenta años como zamarrea el antiperonismo, ni medio siglo como asegura el marxismo entrista local.

Foto: Phillippe Aghión en la Universidad de Tucumán, Argentina, año 2019
Aghión simplifica los por qué: Argentina fue incapaz de variar su matriz productiva y tecnificarse. A continuación cerró sus fronteras, le dió la espalda al comercio mundial y siguió hipnotizada en los modelos aislacionistas perimidos preguerras, del que todos huían. Luego quedó atrapada en un sistema Institucional diseñado más para bloquear iniciativas; es decir altamente conservador, que útil para plantear adaptaciones… y en esa estamos día a día.
Aghión sostiene reiteradamente que el Estado Argentino es el responsable, intentando una y otra vez apagar el fuego con nafta. También señala con claridad que solo avanzar en el cierre de la brecha tecnológica, es la forma de revertir la decadencia. Acá el conocimeinto es la estrella, y da la impresión que un modelo escolar inspirado por la sabiduría de Baradel y los Marilú boys – esto lo sumo yo, no Aghión – no parece ayudar demasiado.
Sigamos con el parisimo, y entremos en sus propuestas:
– Desarrollar la investigación apuntada al crecimiento tecnológico de la producción.
– Desarrollar una fuerte competencia interna para impulsar la innovación.
– Desarrollar el mercado de capitales, con el objeto de financiar lo anterior.
En definitiva la sobreregulación originada en la decadencia, fue el principal combustible para motorizar la misma decadencia.
Una y otra vez vuelve al concepto de la DESTRUCCIÓN CREATIVA, y nos cuenta dónde está el agujero del mate: el camino a una nueva matriz económica está bloqueado por la potencia económica de la vieja guardia, un diseño institucional hecho para que nada cambie y una clase política que hace mucho entendió como transformar lo anterior en divisas para su bolsillo. Es decir, el franchute habla de la CORRUPCIÓN.
Y acá terminé con Aghión, conforme con mi estracto minimalista de sus razonamiento… y cierro con un agregado.
Llevamos un siglo de caída económica: Aumento de la miseria, incremento de la droga, la corrupción y la delincuencia… da la impresión de que algo nuevo se deberá intentar.
Ustedes lo reflexionarán en su intimidad, más allá de la urgencia electoral.

Luis Federico Solé Masés │ Luis de Misiones.
Walter Bravo │ Observador Urbano – lun a vie 16 a 20.