OPINION, POLITICA & SOCIEDAD
LOS DEPORTES DE ELITE Y LOS MENORES. Nuestros niños-jóvenes virtuosos son sobrevivientes de un camino áspero y desafiante Facundo Jainikoski y su momento más brillante. Por Luis de Misiones.
“Viajó solito a una prueba a los 11 años, en Argentino Juniors de Buenos Aires. Yo le armé una valija pequeña ya que después de la práctica él se volvía, supuestamente. Me llaman y me dicen que había quedado y no iba a volver, que tenía que quedar en la pensión”.
Así recuerda Daniela Aguirre, la mamá de Facundo Jainikoski nuestro super gurí en el Mundial sub17 de Fútbol. De cómo arrancó la aventura deportiva de su niño.
No conozco personalmente uno ni dos: Puedo recordar detalladamente decenas de jovencitos que se han alejado de su hogar en la búsqueda de mejores condiciones de proyección en el Deporte, pero también en la Música y seguramente en otros ámbitos del arte debe ocurrir.
El durísimo costo emocional y físico al que son sometidos en el erosivo proceso de tamizado y filtrado, en casi todas las ocasiones generan cambios de conducta permanentes. No sugiero que sean cambios necesariamente negativos, pero sí hablo de que esos niños-jóvenes comienzan a comportarse como adultos en situación de permanente emergencia. Adoptan usos y costumbres que observan en las estrellas internacionales, y conviven con permanente dolor del aparato locomotor y la agonía del sube y baja de los resultados. Sueñan con la cúspide, y entienden que a mayor sufrimiento, más capacitados estarán.
Como norma llegan a lugares donde son atendidos por entrenadores sin formación docente, casi siempre jóvenes entrenadores, que por ende tampoco han sido padres de personas como las que están entrenando, Y SOBRE TODO, QUE SU MENTE ESTÁ ENFOCADA EN LOS RESULTADOS, Y A TRAVES DE ELLOS TRASCENDER PROFESIONAL Y ECONOMICAMNENTE, EN UN AMBIENTE CANIBAL.
No me detendré en los efectos del entrenamiento para el deporte de elite en niños. Voy a repasar otros aspectos, sobre todo el psicológico del desarraigo: El cambio de residencia, la separación de amigos y familiares, y la presión de un nuevo entorno donde los niños sufren desde burlas por sus rasgos físicos o por la tonada provinciana, o ambos. No falta nada de crueldad. El mundo del niño-joven se achica y aparecen menos habilidades sociales. La presión los torna agresivos y no todos pueden vivir dentro de esa situación.
Está ampliamente documentado que en algunos casos, los niños-jóvenes sufren trastornos alimentarios y de salud mental como depresión y ansiedad, debido a la intensidad del dia a dia y las expectativas gigantescas a la que son sometidos.
¿Cómo se eliminan estas situaciones? Con la preparación de las Instituciones para recibir a los niños-jóvenes, la inversión necesaria y la supervisión de profesionales idóneos que no estén inmersos en las consecuencias del resultado de cada partido o en el éxito de cada concierto. Detrás de todo lo dicho vemos dinero y negocios, pero también conocimientos y experiencia. Poquísimas Instituciones en el País pueden exponer estas condiciobnes señaladas. Alcanzan y sobran los dedos de las manos.
Finalmente podemos asegurar que cuando vemos un atleta de élite o un artista de excepción, todo lo mencionado anteriormente es parte de su historia de vida.
Son auténticos supervivientes del tránsito de una sendero áspero y que deja pasar a uno de muchos, muchísimos, de los que lo han intentado recorrer.
Eso hace más gigante aún a nuestro pequeño Facundo jainikoski.
Imagen: Facundo según pasan los años

Luis Federico Solé Masés │ Luis de Misiones – Misionero. Docente, Productor de cultura, Escritor, Investigador Social e impulsor del Deporte.
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