Por Oscar Martín

«La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos solo ha producido rebaños de esclavos para la tiranía».   EMILIANO ZAPATA

¿Alguna vez trataste de persuadir a un alcohólico de que está enfermo, justo en el momento en el que se encontraba bajo los efectos del alcohol? ¿Puede rehabilitarse un adicto (al alcohol y a cualquier otra sustancia) si primero no toma consciencia de que efectivamente está enfermo? ¿Puede rehabilitarse un enfermo si no desea hacerlo, si se niega a aportar su cuota de esfuerzo en pos de su curación? En el mismo sentido, ¿puede abandonar la ignorancia quien decide consciente y tozudamente aferrarse a ella? ¿Y qué hay de los pueblos adictos a la imbecilidad y a la ignorancia? ¿Pueden redimirse tras décadas de vivir arrastrando las cadenas de su propia necedad? ¿Acaso los pueblos que así viven (el término exacto es sobreviven) están ya condenados, en virtud de su propia resistencia a abandonar la ignorancia, la imbecilidad, la necedad y su consecuencia directa, la esclavitud?

¿Cómo rescatar a un pueblo de las garras de un régimen que lo somete, manipula y adoctrina mediante el uso de varias herramientas, entre ellas, los medios de comunicación de masas, el sistema educativo y el resto del andamiaje propagandístico oficial? ¿Es que Argentina está definitivamente condenada? Porque, con solo analizar el presente a vista de pájaro, cualquiera puede notar que el pueblo argentino está resignado a morir en su propia ley (la  ignorancia), y considerando la desigualdad de condiciones en la que luchan los pocos que aún desean despertarlo, el panorama futuro se presenta absolutamente desolador y apocalíptico.

Y si además, dicho pueblo llegó al extremo de preferir a un psicópata desquiciado como gobernante (lo que no significa que los anteriores no estuvieran al mismo nivel), queda claro que la experiencia de los ultimos cuarenta años cayó en saco roto, que no hubo ningún aprendizaje, situación que deja muy expuesta la masiva estupidez de los argentinos, tan expuesta, que solo un tonto (o un político o un beneficiario del régimen) se atrevería a negarlo de plano.

Y mientras el desquiciado ocupante del salón presidencial en Casa Rosada acaba de afirmar que seguirá «a full con la motosierra», por orden suya, Argentina vuelve a enviar tropas a entrenamiento a los Estados Unidos, situándonos ya en zona de riesgo bélico absoluto, puesto que su intención es que Argentina pase de ser aliado extra OTAN, a socio global de la misma, mediante la construcción de una «base naval conjunta» con el Comando Sur de los EEUU en la ciudad de Ushuaia, además de la firma de un Memorándum de Entendimiento (concretado el 7 de marzo de 2024), entre el Cuerpo de Ingenieros del Ejército del país del norte y la Inspección General de Puertos de Argentina, que habilita la construcción de una base militar a la vera del río Paraná.

Mientras tanto, ¡al estúpido pueblo argentino, salud!