POLITICA & SOCIEDAD

PUNTO DE NO RETORNO. Vale la pena preguntarse si es que ya no estamos justo en ese punto, donde al pueblo argentino le urge tomar una decisión categórica. Por Oscar Martín.

 

 

 

 

 

 

En la foto, Nicolás Ceausescu y su esposa Elena, son conducidos al paredón.

 

En la navegación aérea, el término punto de no retorno sirve para designar el momento en el cual un avión que enfrenta una emergencia, ya no puede regresar al punto de partida debido a que no cuenta con suficiente combustible como para hacerlo, y en tal caso, la única alternativa es buscar otro destino para poder aterrizar. El término suele aplicarse también a otras situaciones de la vida real, en las cuales, muy a menudo, se torna necesario e inevitable tomar una decisión categórica, en un punto donde ya es imposible volver atrás.

Analizando los vaivenes del poder político en el país, y teniendo en cuenta la crítica situación por la que atraviesa la población en general, luego de décadas de vigencia del régimen democrático, caracterizado fundamentalmente por las mentiras, la traición y el saqueo sistemáticos, llevados a cabo por su propia, privilegiada e intocable clase política, vale la pena preguntarse si es que ya no estamos justo en el punto de no retorno, donde al pueblo argentino le urge tomar una decisión categórica: liberarse o mantenerse en la más ignominiosa esclavitud. Y es que ya no queda tiempo. El globalismo se infiltró hace rato en todas las esferas, arrastrándonos hacia la debacle total. Solo a modo de ejemplo, citaré algunos datos: casi 10 mil empresas cerraron sus puertas y se perdieron 265 mil puestos de trabajo (a ese ritmo, en menos de un año, la cifra de desocupados podría trepar a casi 2 millones), mientras que el sector industrial opera en su nivel más bajo, con una caída del 16% en el primer semestre de 2024. ¿Acaso toda esta sucesión de desastres, que además viene desde hace tiempo, y sin visos de solución, no constituye una emergencia extrema, sumado al hecho de que la clase política no deja ni por un momento de mojarle las orejas al pueblo argentino, prácticamente burlándose de él?

Existe una historia reciente (y muy emblemática), de la cual van a cumplirse 35 años, que debería hacer pensar dos veces a cualquier político que abuse de la paciencia del pueblo. Ocurrió en Rumania. En los primeros días de diciembre de 1989, el pueblo rumano, harto de los crímenes de su gobierno, que había sometido al país a una atroz tiranía comunista-con aguda crisis económica incluida- desde 1965, salió a las calles gritando «libertad» y «despiértate rumano». Dos días después, el tirano Nicolás Ceausescu ordenó reprimir las manifestaciones, matando a 60 e hiriendo a unas 2000 personas. El 22 de diciembre, las protestas aumentaron y el ejército de Rumania tomó partido en favor de los manifestantes. Nicolás Ceausescu y su esposa Elena-también repudiada por su crueldad- huyeron en helicóptero, aunque más tarde fueron detenidos, llevados a juicio y finalmente fusilados el 25 de diciembre del mismo año. En aquel entonces, el pueblo rumano también comprendió que estaba ya en un punto de no retorno, y decidió actuar, liberándose.

Para los despistados, que los hay, y muchos: que aquella haya sido una dictadura comunista, de las últimas que se mantuvo en Europa del Este, no significa de modo alguno que cualquiera que abuse de la paciencia del pueblo, en todo tiempo y lugar, incluso dentro de un régimen democrático, no corra con la misma suerte. Y en Argentina, ya van 40 años.

 

.                                                                                                                                                  Lic. Rodolfo Oscar Martín

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *