SIN AGUA Y SIN LUZ: EL LEGADO RENOVADOR. Por Walter Anestiades.
Acorde a las directrices que el amo Carlos Rovira pergeñó para toda Misiones, en Oberá los tres alcaldes renovadores que la administraron tuvieron cero gestión pero también la “caja” del estado disponible para cooptar a toda clase de gente que se vendió barato para decir que sí la hubo y que los problemas locales tienen responsables nacionales. Pero esa mentira es tan indefendible que, veinte años después, Oberá ni siquiera tiene agua y luz suficientes. ¡Agua y luz! Henry David Thoreau, un poeta norteamericano, decía que “El precio de cualquier cosa es la cantidad de vida que cambiaste por ella”. El precio que siguen pagando los obereños por regalarle su ciudad a un grupo de canallas es muy alto: van veinte años de vida.
Carlos Rovira, Tito Rindfleisch, Carlos Fernández y Pablo Hassan │ Foto: Revista Enterate.
Aburre reiterar lo ya dicho y que es tan obvio que, para esconderlo, haya que comprar silencios. Sí vale remarcar que ningún lugar progresa sin energía eléctrica y por eso Oberá y toda la zona centro necesitan que se financie una nueva línea de 132 kV porque la actual es vetusta y no puede satisfacer el incremento de la demanda. Desde el estado comunal dicen que no tienen los fondos y desde el estado rovirista dicen lo mismo. A pesar del maridaje político que Rovira y sus lacayos tuvieron con los Kirchner, con Macri y ahora con Milei (que “homenajeó” a Hugo Passalacqua con un asado en Olivos). Pero es peor: este tema, que debería ser el tema excluyente, ni siquiera está en la boca del gobernador Passalacqua-que es obereño-ni del intendente Pablo Hassan, ni de los diputados nacionales y provinciales que son renovadores y obereños. Hace una década Passalacqua licitó una nueva línea de 132 kV y nunca se puso un poste.
Con respecto al acceso al agua potable, derecho humano básico, solo cabe subrayar que Oberá se levanta sobre el acuífero Guaraní, que es una reserva mundial de agua dulce. ¡Reserva mundial de agua! Lo corrupto y lo inútil que hay que ser para lograr que un recurso que sobra, falte.
Hoy la CELO está en manos del intendente de Oberá que la usa para acomodar ahí a sus criados y domésticas, como sus antecesores. Hassan actúa como un Rindflesich más delgado, más joven, más sonriente y más cínico.
Pero la cosa es aún peor: el agua y la luz no figuran como deberían en la agenda pública, opacado por delirios como parques industriales, parques termales y parques acuáticos. El reclamo dura lo que dura cada corte. Incluso algunos le reclaman a Milei lo que no le piden a Hassan. El PRO y los radicales siguen más enfocados en el “yo” que en el “nosotros” y los libertarios son de Facebook.
Agua y luz. Por ahí se empieza y, sin eso, todo lo demás que se digan son macanas.
“Pasé más de la mitad de mi vida preocupándome por cosas que nunca pasaron”, dijo Winston Churchill.
En Oberá hacen lo contrario.
Nunca se ocupan de lo que sigue pasando.