COLUMNA

EL DÍA DE LA IRA DEL PUEBLO Es que al pueblo argentino hoy solo le quedan dos opciones: seguir sobreviviendo de rodillas, como esclavo, o ponerse de pie, y liberarse de sus verdugos… Por Oscar Martín

Por Oscar Martín

 

«La desobediencia, a los ojos de cualquiera que haya leído la historia, es la virtud original del hombre. El progreso ha llegado por la desobediencia, por la desobediencia y la rebelión». 

OSCAR WILDE

 

Mientras los voceros del fracaso, enquistados fundamentalmente en los medios de prensa y en los partidos políticos, insisten en señalar las supuestas virtudes de un sistema democrático fallido, caduco y putrefacto, cuyo único logro ha sido concretar, en menos de 50 años, la involución más escandalosa y vergonzosa que haya tenido lugar en la historia moderna, donde un país como Argentina, capaz de producir alimentos para 500 millones de seres humanos, sin embargo, mantiene a la mitad de su población (unos 25 millones) en la pobreza y en la indigencia, por decisión de su infame, privilegiada y corrupta clase política.

Y lo que resulta todavía más trágico, por donde quiera que se lo mire: 2 de cada 10 niños sobreviven actualmente en la pobreza más extrema, lo que permite arribar a una conclusión irrefutable: 4 décadas de democracia solo han servido para llevar a la práctica un brutal y despiadado genocidio económico.

En medio de este escenario, donde el fracaso ininterrumpido de la política y del sistema que la apaña, es harto evidente, luego de 40 años, ¿resulta comprensible-y aceptable-que los mercenarios de los medios de comunicación aún se atrevan a defender este sistema, convertido ya en una verdadera organización criminal, cuyas prácticas, a la luz de la patética realidad, resultan ser incluso peores que las llevadas a cabo por las tiranías, de las cuales ese mismo régimen democrático dice diferenciarse? Y más allá de su condición de presuntos «ensobrados», esos mercenarios de la comunicación, ¿también carecen de materia gris, a tal punto que son incapaces de percibir el clima de devastación en el que mantienen al país los sucesivos gobiernos? Y si además de callar por dinero, también lo hacen por cobardía, ¿se les puede seguir considerando periodistas, siendo que en los hechos son simples propagandistas del régimen? En cuanto a los voceros del fracaso enquistados en los partidos políticos, no sorprende su accionar, después de todo son parte del andamiaje que mantiene de pie los perversos intereses de la corporación democrática.

Y como los datos de la realidad terminan por desnudar las mentiras del relato democrático, he aquí algunos números: según estimaciones del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), el indicador de pobreza continúa en una tendencia creciente desde el 2021, mientras que el empleo precario y el desempleo también aumentaron.

En base a los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la pobreza en el país alcanzó el 49,9% en el tercer trimestre de 2024. Por nivel socioeconómico, los sectores más vulnerables fueron los más afectados, ya que en el nivel «socioeconómico muy bajo», la pobreza aumentó del 68,3% en 2023 al 75,1% en el presente año. Mientras que en el nivel «bajo», la proporción de pobres pasó del 56,8% al 61,7%.

Los niveles actuales de pobreza (49,9%), representan un aumento significativo respecto al 39,2% registrado en 2022. La indigencia, por su parte, pasó del 8,1% en 2022 al 12,3% en lo que va del 2024.

La pobreza infantil alcanzó este año el 65,5%, mientras que el 19,2% de los niños sobrevive en situación de indigencia extrema. Estos niveles constituyen los más altos registrados en las últimas décadas, confirmando el accionar criminal y genocida de los gobiernos de raigambre democrática en Argentina, todos ellos, supuestos benefactores del pueblo. Otro dato a tener en cuenta es el de la inseguridad alimentaria, que en 2024 alcanzó el 24,3% de los hogares, con un 11,8% en situación severa, reflejando un deterioro constante al menos desde 2018.

Hay más indicadores críticos, como la informalidad laboral, que sigue siendo alta, ya que el 50% de los trabajadores no realiza aportes a la seguridad social. Solo el 39,7% cuenta con «empleo pleno», mientras que la cifra de «empleo precario» trepó al 27,8%, al igual que el desempleo, que se eleva al 8,9%, en alza desde el 2022. Entre 2002 y 2024, aumentaron los hogares que debieron realizar recortes en atención médica u odontológica, mientras que la tasa de población afectada por el indicador de malestar psicológico (sentimiento de infelicidad), registró un aumento.

A este paso, la consolidación del malestar general irá en rápido aumento. Junto a él, lo que ya hemos visto en el pasado reciente: el Estado intentando garantizar su propia protección, aceitando y perfeccionando sus mecanismos de represión. Pero contra la ira de un pueblo empobrecido, que siente que ya no tiene nada más que perder, ninguna barrera será suficiente para evitar que el caos vuelva a las calles, y con él, un escarmiento nunca visto en la historia moderna. Es que al pueblo argentino hoy solo le quedan dos opciones: seguir sobreviviendo de rodillas, como esclavo, o ponerse de pie y liberarse de sus verdugos, sabiendo de antemano que ninguna solución vendrá desde las urnas. Mientras tanto, el reloj de la historia no se detiene… Tic-tac, tic-tac…

 

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