PAUPERIZACIÓN SOCIAL, MORAL Y EDUCATIVA Teniendo en cuenta que la actualidad siempre constituirá el basamento del porvenir, ¿hacia qué tipo de país se dirigen los argentinos, si en el presente ya se aprecian claras señales de pauperización moral, social y educativa? Por Oscar Martín
Por Oscar Martín
«Lo que se de a los niños, los niños darán a la sociedad». KARL MENINGER
Ningún politicastro, desde los que ostentan actualmente alguna responsabilidad en la gestión de la cosa pública, hasta los que esperan alguna oportunidad electoral con la única intención de integrarse a la extensa lista de mantenidos por el pueblo argentino, agazapados en alguna de las vetustas organizaciones partidocráticas, expectantes ante las jugosas remuneraciones que recibirán en sus futuros cargos (en casi todos los casos a cambio de nada), sabe cómo enfrentar este atolladero, y mucho menos, cómo salir de él, a pesar de ser los responsables casi absolutos de la vigencia de esta perpetua y penosa coyuntura.
Es que a la ineptitud de estos politicastros abyectos, hay que agregar, nobleza obliga, la estupidez y la torpeza de los «electores», que convalidan y pavimentan con sus «buenas intenciones» el largo y tedioso camino hacia el infierno.
El accionar nefasto de estos infames personajes (los politicastros) no se limita, evidentemente, a la pauperización social y moral. Pues para completar su mal, necesitan elevarlo a su máxima potencia, y para ello, nada mejor que terminar de destruir lo poco-poquísimo- que queda de bueno dentro del sistema educativo: el saludable ejercicio de la capacidad reflexiva.
En ese sentido, ensayaré un título que sirva como muestra elocuente de la catástrofe causada por los politicastros argentinos dentro del ámbito educativo, en su rol de «representantes»-a sueldo- y «defensores»-también a sueldo-del pueblo: «La mitad de los alumnos de primaria no entiende lo que lee». En cualquier país medianamente serio, tal titular encendería todas las alarmas y movilizaría a todas las fuerzas sociales. Es que estamos hablando del aspecto más importante del capital humano, la fuerza intelectual, sin la cual nada de lo que se planee podrá llevarse a cabo con las mínimas garantías de éxito.
El dato, preocupante por donde se lo mire, forma parte de la prueba «Aprender», y sostiene que la mitad de los alumnos de la escuela primaria son incapaces de decodificar e interpretar el mensaje implícito del texto que tienen frente a sus ojos. Y no solo eso. Los alumnos del nivel secundario, ya en la asignatura Matemática, también afrontan serias dificultades, ya que ocho de cada diez tienen problemas a la hora de resolver ejercicios.
Teniendo en cuenta que la actualidad siempre constituirá el basamento del porvenir, ¿hacia qué tipo de país se dirigen los argentinos, si en el presente ya se aprecian claras señales de pauperización social, moral y educativa? ¿Vale la pena seguir legitimando la destrucción del país votando a los infames traidores a la patria, constituyéndose a la vez en cómplice? Así como la mitad de los alumnos de la escuela primaria no entiende lo que lee, la inmensa mayoría de los argentinos no entiende lo que le pasa, son incapaces de decodificar e interpretar su propia realidad. Lamentable y triste.