EL SHOW DEBE CONTINUAR, II

«Cuando el saqueo se convierte en una forma de vida para un grupo de hombres en una sociedad, con el paso del tiempo crean un sistema legal que lo autoriza y un código moral que lo glorifica». FREDERIC BASTIAT
Está claro que la suerte de Cristina Elisabet Fernández Wilhelm, viuda de Kirchner, quedará a merced de la Corte Suprema. Sin embargo, y para que nadie termine ahogándose en vanas ilusiones, es preciso aclarar algunos aspectos. Para ello, recurriré a las declaraciones de un conspicuo integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, efectuadas ayer en la provincia de Córdoba. Se trata de Juan Carlos Maqueda, uno de sus jueces, quien tras asistir a la Legislatura de Córdoba, donde fue homenajeado por su trayectoria, efectuó algunas declaraciones al medio Cadena 3, en relación a la condena de la ex presidente, entre las que sostuvo que «la Corte lo estudia en los tiempos correctos. Seguramente habrá un pronunciamiento en un tiempo prudencial», puntualizando además que «no se maneja ningún tipo de tiempo» (el fallo es muy reciente y las partes tienen la posibilidad de recurrir). Más adelante, el propio Maqueda agregó: «El recurso extraordinario se impone ante el mismo tribunal que lo dictó, y después de eso, va recién a la Corte», enfatizando que aunque se mencione que se apela al máximo tribunal, «todavía el expediente permanece en Casación, no en la Corte».
Siguiendo el hilo de los argumentos del juez Juan Carlos Maqueda, es necesario aclarar que el nuevo Código Procesal Penal establece que las penas se ejecutan una vez que se hayan agotado todas las instancias judiciales de revisión, esto es, recién cuando el máximo tribunal rechaza el último recurso de la defensa. De más está decir que estos trámites pueden demorar años, permitiendo que la «ladrona de la Nación Argentina» (Google dixit) incluso pueda presentarse para cargos electivos en 2025.
Mientras tanto, el farsante show democrático debe continuar, tratando de que el «ciudadano de a pie» no deje de creer en aquella sentencia (cuya aplicación es prácticamente imposible cuando se trata de delincuentes de cuello blanco, presidentes o ex presidentes) que reza: «quien las hace, las paga».
Lic. Rodolfo Oscar Martín.