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POR ACCIÓN Y OMISIÓN, SON CÓMPLICES DE UN ALEVOSO CRÍMEN DE LESA HUMANIDAD. ¿Será justicia, o será la justicia del pueblo quien actúe, finalmente, cansada de ver la impunidad de estos criminales?. Por Oscar Martín.

«Cualquier persona que ha sido inyectada contra el covid es víctima del delito de envenenamiento, ya que se le ocultó el caracter nocivo del inóculo».

                          Dr. Julio Razona, abogado argentino.

Hagamos un poco de historia (es que la memoria de los argentinos, como suele decirse, es demasiado frágil, aunque en honor a la verdad, esa memoria, la mayoría de las veces, ni siquiera existe): transcurrían los primeros meses del año 2020, y la cuarentena más extraña, absurda y extensa de la historia, originada a raíz de un experimento social global-mal llamado «pandemia covid»-, ya se encontraba en pleno desarrollo, cuando en conferencia de prensa y ante todo el país, el impresentable Alberto Fernández, por entonces presidente, sin ruborizarse, afirmaba: «Por todas las medidas que nosotros tomamos fuimos elegidos por la OMS (si, la misma que presidía, y preside, el ex guerrillero etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus) como uno de los 10 países en los cuales se pueden llevar adelante experimentos medicinales tratando de resolver el problema del coronavirus».  Cualquier tonto se daría cuenta de que estas afirmaciones de Alberto Fernández se reducen a: «me ordenaron que los argentinos sean utilizados como ratas de laboratorio para un experimento global, y yo, dócilmente, obedezco». Aunque el citado pelele, por entonces presidente, es el principal responsable, no es el único, ya  que fue secundado por los gobernadores, los intendentes (hubo municipios, como el de Oberá, donde se colocaron tubos de cemento en varios de los accesos a la ciudad para impedir, de modo absolutamente ilegal, el tránsito de personas y de vehículos, dejando a la película «Los juegos del hambre» como un cuento de hadas), jueces, fiscales, legisladores (de todos los ámbitos), fuerzas de seguridad (de todos los ámbitos), periodistas, médicos, enfermeros, políticos (la lista se hace muy extensa), que además actuaron como cómplices y partícipes necesarios del mayor atentado contra la vida, los bienes y la libertad de millones de argentinos, transformando el territorio nacional en un verdadero escenario de caza de brujas, donde todo aquel que lograba percatarse de la farsa pandémica, y trataba después de alertar a los demás, era considerado inmediatamente como un criminal anti social (además de anti vacunas y una especie de paria, responsable de un supuesto contagio masivo horrible y calamitoso). Esta simple y resumida enumeración de algunos de aquellos acontecimientos, es más que suficiente como para tener una idea de la magnitud del acto criminal llevado a cabo, de modo que ningún argentino lo olvide, lo tolere ni lo perdone.

La mayoría de los actores antes mencionados, siempre opta por justificarse diciendo que «solo se limitaban a cumplir órdenes» (punto uno, nadie está obligado a cumplir u obedecer una orden ilegal e inconstitucional, y punto dos, la ley de obediencia debida fue derogada hace ya varios años). Pero no quiero finalizar sin antes recurrir una vez más a las expresiones del abogado Julio Razona: «esto tipifica el delito de envenenamiento por ocultamiento del caracter nocivo de estos inóculos. Por lo tanto, esperamos que la justicia de Mar del Plata (ámbito donde presentó la denuncia penal correspondiente) resuelva esto lo antes posible, procese a todos los responsables-que son cientos-, y detenga la inoculación de estos tóxicos». Mientras tanto, no escucho ni a los médicos, ni a los periodistas (la mayoría de los cuales recomendaba inocularse con insistencia), ni a los jueces y fiscales (que callaron ante la violación sistemática de los derechos y libertades fundamentales de los argentinos, siendo funcionales a los actos tiránicos ya mencionados), denunciar, con la misma insistencia con la que promovieron estos actos criminales de lesa humanidad, que incluyen terrorismo informativo y terrorismo de Estado, enmarcados dentro de una descarada dictadura sanitaria. Ergo, todos ellos son cómplices (antes y ahora), por acción y omisión, del capítulo más vergonzoso de la historia argentina reciente, que continúa causando miles de víctimas, en su mayoría mortales. ¿Será justicia, o será la justicia del pueblo quien actúe, finalmente, cansada de ver la impunidad de estos criminales?

Lic. Rodolfo Oscar Martìn – Periodista – Docente – Escritor

Observador Urbano > FM Nuestra Radio > lun a vie 16 a 20 

Walter Bravo.

 

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